¿Conoces el antídoto contra el estrés, la tristeza, el mal genio o incluso la cabezonería? ¡Son las cosquillas! Baratas y aptas para todas las edades.

Utilizadas de distinto modo, nos valemos de ellas con los bebés, niños, adolescentes, adultos, más que adultos… Y es que, aunque no se suela pensar en ello, las cosquillas tienen múltiples beneficios para el organismo, ¡y pocos nos resistimos a su diversión!

1

CONFIANZA Y BIENESTAR

¿Sabías que durante una sesión de cosquillas el organismo libera endorfinas que ayudan a que nos sintamos mejor? ¡Pues sí! Son las llamadas hormonas de la felicidad (y estas las tenemos todos, adultos y niños).

Las cosquillas son consideradas como una terapia antiestrés que genera confianza y bienestar en los pequeños. Además, asociada a ellas está la risa, ¡y se sabe que reír refuerza el sistema inmunológico! (La disminución de las hormonas del estrés mejora la circulación y el consumo de oxígeno, y la liberación de las emociones negativas puede incrementar las respuestas inmunológicas).

2

SENTIDOS Y DESARROLLO COGNITIVO

Las cosquillas estimulan las terminaciones nerviosas, los sentidos y el desarrollo cognitivo del niño. Perciben nuevas sensaciones (tacto, oído…), que pueden utilizarse de manera didáctica. Si se acompañan de canciones, rimas o palabras, creamos nuevas formas de expresión y estimulamos el lenguaje. Del mismo modo, tu pequeño puede ganar conciencia y respeto por su cuerpo. ¿Quién no ha jugado al suben las hormiguitas, suben los canguros…?

3

BENEFICIO FÍSICO

El movimiento y las risas que acompañan a las cosquillas nos ayudan a ejercitar los músculos, el aparato respiratorio y ¡hasta fortalecen el corazón!

4

SOCIALIZACIÓN 

El juego y las risas compartidas entre padres e hijos durante una sesión de cosquillas refuerzan el vínculo entre ellos, generando aún más complicidad y confianza. Además, con ellas, los peques aprenden a expresar nuevas emociones y mejoran su capacidad social.

5

RELAJACIÓN

¿A quién no le gustan unas cosquillas relajantes? Las cosquillas más suaves, casi caricias, provocan tal sensación de placer y felicidad, ¡que hacen que cualquiera caiga redondo! Uno de los mejores remedios para conciliar el sueño.